El estanque de la Agulla superficialmente helado a principios de diciembre de 2017, tras unos días fríos y anticiclónicos. Mientras el agua del estanque de la Agulla suele helarse solo en parte porque se renueva, en charcas próximas más tranquilas como las de los humedales de la Bóbila (Santpedor) y de la Corbatera (Sallent) y en las pozas de los arroyos se forma una capa gruesa, contínua y compacta de hielo bajo las mismas situaciones meteorológicas.
Los patos y otras aves acuáticas se concentran en el estanque de la Agulla durante estos días más fríos.
[foto Jordi Badia]