La imagen, tomada el primer día del 2008 desde cerca de la torre de Castellnou de Bages, muestra claramente dos etapas en la recuperación de la vegetación después del fuego. En primer término tenemos el área afectada por el gran incendio del Bages de 1994. La vegetación es aún baja, pero su recubrimiento casi total si no se tienen en cuenta los caminos, las zonas removidas y algunas pendientes más inclinadas que deberían mostrar un aspecto similar antes del fuego. El pino carrasco diseminado por semilla y el madroño retoñado son ahora las especies dominantes. En segundo término aparece el área afectada por el incendio de Balsareny de 2005. Han transcurrido solo 2,5 años después del fuego. La recuperación de la vegetación ha sido escasa. El color rojizo, geológico, del substrato de la formación Artés, aparece entre el gris apagado de la hierba seca. El verde vegetal falta en este paisaje, no destaca ninguna especie leñosa perenne. El terreno afectado está aún a merced de la erosión. Entre las dos áreas en recuperación tras los fuegos, una franja de pinar se mantiene indemne, testigo del paisaje anterior.
[foto Jordi Badia]