Ctenophora festiva es una especie de típula, uno de estos dípteros con aspecto de mega-mosquito de patas largas que pueden alarmar, aunque no poseen ni el aparato bucal para picar.
El aspecto de los adultos de Ctenophora festiva es impresionante, incluso perturbador. Existe un notable dimorfismo sexual que empieza ya con el tamaño de unos 20 mm de longitud en los machos y 22-23 mm en las hembras. Tienen el cuerpo negro con franjas amarillas, copiando los colores de una avispa. El cuerpo y el tórax son negros con un estrecho collar amarillo entre ambos. El tórax es abombado, como una joroba. El abdomen es largo y negro con un patrón de franjas amarillas distinto entre los dos sexos: los machos poseen tres franjas amarillas anchas, la primera continua y la segunda y tercera interrumpidas en el centro, y las hembras solamente dos, la primera continua y la segunda interrumpida. Existen más manchas amarillas en el abdomen y en los costados del tórax, aunque menores y siguiendo el mismo patrón en ambos sexos. El abdomen de las hembras acaba en forma aguda con dos apéndices caudales como cuernecillos, mientras que el de los machos termina en forma cilíndrica, obtusa. El abdomen adopta una forma arqueada, levantando el extremo en tono amenazador. Las alas son translúcidas con una característica mancha negra situada casi en el punto más distal. Las patas son largas y esbeltas, similares a las de un opilión, coloreadas de naranja amarronado en las hembras y amarillo en los machos, en ambos sexos con algunos tramos negros, especialmente en los tarsos. El dimorfismo sexual encara se acentúa aún más porque los machos tienen grandes antenas pectinadas o plumosas, mientras que las antenas de las hembras son simples y cortas. La imagen muestra un ejemplar hembra.
Las larvas de Ctenophora festiva se desarrollan en la madera en estado de descomposición avanzado, donde depredan otros animales.
Los adultos suelen verse volar en ambientes húmedos.
[foto Teresa Vila y Roger Argemí]