La morera del papel (Broussonetia papyrifera) es un árbol de la familia moráceas, emparentado por tanto con las moreras y con la higuera, originario del este de Asia. Por su crecimiento rápido se utiliza como ornamental, para el aprovechamiento de su madera blanda y blanca y para estabilizar y ajardinar taludes. Además, en el este asiático de donde es originaria la morera del papel, se hacía artesanalmente algo así como una tela gruesa sin tejer, rígida si comparamos con las telas actuales, a base de golpear tiras cruzadas de corteza de morera del papel. Este tipo de tela gruesa o papel se pintaba y servía como cortina o como mantel de mesa, y ocasionalmente para vestir. Éste es el papel al que se refiere el nombre de morera del papel.
La morera del papel, como la higuera, posee conductos por los que circula un látex pegajoso. Las ramas delgadas, los pecíolos y el reverso de las hojas jóvenes están cubiertos de un tomento suave que puede resultar alérgico a algunas personas. Las hojas son caducas. Tienen un pecíolo de 2-3 cm y un limbo de 5-15 cm de longitud con la base redondeada o acorazonada, la punta aguda, el margen dentado y el contorno extremadamente variable, incluso entre las hojas de una misma rama, desde hojas ovadas enteras salvo su margen dentado hasta hojas con entrantes muy profundos que recuerdan por su forma a las de la higuera. En general, las hojas de los ejemplares de tamaño arbóreo son enteras mientras que las de los plantones suelen ser más lobuladas, pero pueden existir todas las formas, incluso hojas lobuladas solo en un costado. El limbo de estas hojas es discolor, verde en el haz y de un verde más claro o grisáceo en el envés. En otoño las hojas de la morera del papel toman color amarillo antes de desprenderse.
La morera del papel es un árbol dioico. Florece en primavera, a la vez que salen las nuevas hojas. Los pies masculinos poseen amentos colgantes. Los pies femeninos forman unas inflorescencias esféricas en las que sobresalen como pelos erizados los largos estilos purpúreos de cada flor. Estas inflorescencias se convertirán en moras rojas, de unos 2 cm de diámetro, a finales de verano. Las moras de la morera del papel son comestibles, particularmente para los pájaros, aunque poco apreciadas por los humanos debido a su rápido deterioro.
Además de la reproducción sexual, la morera del papel se expande por los retoños que nacen de sus raíces superficiales. Esta reproducción asexual permite seleccionar los brotes de ejemplares masculinos para futuras plantaciones, sin riesgo de dispersión de semillas.
A partir de su uso ornamental, la morera del papel se ha naturalizado en muchas partes del mundo, a menudo acaparando parcelas en régimen de monopolio gracias a sus retoños, como sucede igualmente con el ailanto. Prefiere los suelos frescos y húmedos de las llanuras aluviales. Se considera una planta invasora. Paradójicamente, las capacidades de crecimiento rápido y de reproducción por retoños de raíz que hacen de la morera del papel un árbol interesante para distintos usos son las mismas que le dan su carácter invasivo. No se conocen enfermedades ni insectos que la ataquen, por lo menos fuera de su área de distribución original en Asia.
La localidad más conocida de moreras del papel naturalizadas en la comarca de Bages se encuentra en el bosque de ribera de la orilla izquierda del río Cardener a la altura del barrio de Sant Pau, en Manresa. Se trata de ejemplares únicamente masculinos que se han extendido por retoños de raíz, muy probablemente a partir de unos pocos ejemplares plantados junto a la carretera.
[fotos Jordi Badia]