Los altocúmulos coloreados de rojo durante la puesta de sol anuncian la llegada inminente por el oeste de un frente atlántico frío. El aforismo catalán lo expresa con precisión: cel rogent, pluja o vent (= cielo rojizo, lluvia o viento).
Los altocúmulos van por delante de los frentes fríos, extendiéndose como una sábana blanca siguiendo un patrón de forma sinusoidal, de rizos regularse y paralelos que la perspectiva hace converger en un punto lejano. Los altocúmulos se sitúan por encima de los 4.000 metros de altura. Al atardecer, cuando para los pobres terrenales el sol acaba de esconderse bajo el horizonte, la base de los altocúmulos se ilumina con los últimos rayos de sol del día. Es entonces cuando entra en escena el grandioso y efímero espectáculo celestial.
En la comarca de Bages, el cielo rojizo durante la puesta perfila las siluetas tabulares de las sierras de poniente.
Los frentes atlánticos suelen dejar lluvias cuantiosas en la parte occidental de la Península Ibérica, en el Cantábrico y en los Pirineos occidentales; en cambio llegan ya desgastados o completamente secos a la Cataluña Central. Las consecuencias meteorológicas más apreciables de los frentes fríos en Cataluña Central, más aún durante el período de sequía del año 2021 al 2023, son la entrada de viento del noroeste, la bajada de la temperatura y un cielo nítido. Si hay lluvia, ésta pasa rápidamente.
[foto Jordi Badia]