La lepista blanquiazul (Lepista glaucocana) es una de las especies de color violáceo pertenecientes al género Lepista que, junto con L.nuda, L.sordida y otras, en catalán se denominan pimpinelles o moixernons blaus.
La lepista blanquiazul es una seta con el sombrero carnoso, inicialmente convexo y con márgenes involutos, y finalmente plano de hasta 12 cm de diámetro. Por su forma se asemeja mucho al pie azul (L.nuda), pero por su color violáceo pálido con matices de ocre, rosa y blanco se parece más a L.sordida. El margen del sombrero suele tener un ribete claro. Las láminas son concolores con el sombrero o algo más claras. Las láminas parecen ser escotadas como las de L.nuda, pero si se examinan al detalle se aprecia un final sinusoidal, como si en el último momento hubieran cambiado el plan inicial de láminas escotadas por el de láminas decurrentes. El pie es grueso, cilíndrico y, en contraposición a L.sordida, con tendencia a ensancharse en la base.
La lepista blanquiazul aparece en otoño en encinares y robledales.
No tiene importancia la mezcla entre las 3 especies mencionadas de Lepista porque las 3 son comestibles, aunque el pie azul (L.nuda) se considera de mejor calidad. Sí puede tener trascendencia la confusión con setas de color igualmente violeta del género Cortinarius, que deberían diferenciarse por su sombrero ornamentado de fibrillas radiales, por no ser tan concolores, porque las láminas suelen estar manchadas del color ferrugíneo de las esporas, porque en el centro del pie pueden quedar rastros también de color ferrugíneo de la cortina o velo parcial y porque la base de este pie está ensanchada en una volva. Algunas especies de Cortinarius de color violeta son tóxicas.
[foto Jordi Badia]