


La amapola morada (Roemeria hybrida) es, exactamente como su nombre popular indica, una amapola con los pétalos tan morados como la capucha de un nazarenpo en una procesión de Semana Santa.
Al igual que la amapola común (Papaver rhoeas), la amapola morada es una hierba anual de los sembrados y barbechos. La amapola morada aparece en el mes de mayo. Forma tallos ramificados y pilosos que alcanzan 20-40 cm de altura, con hojas de tamaño decreciente de abajo a arriba, 1-2 veces pinnatífidas, más divididas las hojas mayores de abajo que las pequeñas de arriba, terminando siempre en segmentos oblongos o lineares con una seta en la punta. En la axila de las hojas caulinares nacen pedúnculos más largos que la hoja correspondiente y que culminan en una flor solitaria. La flor posee un cáliz de 2 sépalos que caen por arriba al abrirse el capullo floral y mostrar los 4 pétalos morados, de 2-3 cm cada uno. En el interior de la flor hay numerosos estambres con el filamento casi negro y las anteras de color azulado, y un ovario en el centro. El ovario fecundado se transforma en una cápsula larga y erecta, de hasta 10 cm de longitud, de sección trígona y que se abrirá por arriba en 3 valvas; más parecida a la cápsula de la amapola cornuda (Glacium corniculatum) que a la de una amapola común (Papaver rhoeas).
La amapola morada era una planta conocida popularmente y bien distribuida por la comarca de Bages en los años 1910-12, cuando Pius Font i Quer estudió su flora. Actualmente es una planta muy rara y escasa en la comarca de Bages a consecuencia del uso continuado durante décadas de herbicidas y de maquinaria pesada en las labores de los campos de secano. En mayo de 2025, hemos reencontrado y fotografiado la amapola morada en un campo de la zona de Grevalosa (Castellfollit del Boix).
[fotos Jordi Badia]