



El junco de sapo (Juncus bufonius) es un junco pequeño y de ciclo anual que en primavera aparece en los suelos temporalmente inundados y en las charcas. Su adjetivo específico bufonius, del que se deriva el neologismo junco de sapo, se refiere al hábitat compartido con los renacuajos de los sapos del género Bufo (B.calamita, B.spinosus).
El junco de sapo alcanza unos 30 cm, combinando con elegancia tonos verde, amarillo y caoba. De la base donde hay algunas vainas nacen tallos de 1 mm de diámetro, poco ramificados y poco hojosos. Las hojas son planas, largas, estrechas y sin nudos. Los tallos forman una inflorescencia cimosa laxa, con las flores muy separadas una de otra. Las flores tienen una vaina escariosa que envuelve el pedicelo, 6 tépalos largos y agudos con el centro inicialmente verde, después de color caoba, y los márgenes escariosos, 6 estambres con el filamento blanquecino y la antera verdosa, y un pistilo con 3 estigmas rojizos. Al fructificar, la cápsula de unos 3-5 mm queda englobada entre los tépalos.
El junco de sapo no es muy abundante en las comarcas de Bages y de Moianès, menos aún si la primavera no ha traído lluvias; en cambio, parece ser, como otros juncos y especies de Carex, una planta ampliamente distribuida gracias a la capacidad de dispersión de sus semillas minúsculas. Hemos observado el junco de sapo a orillas del río Calders, cerca de la casa abandonada de Rubió (Moianès).
[fotos Jordi Badia]