Rúsula del encinar

Russula ilicis

La rúsula del encinar (Russula ilicis) es una de las numerosas especies del género Russula que aparecen en lugares con encinas o robles en tierras mediterráneas, unas condiciones muy comunes en los terrenos forestales de las comarcas de Bages y Moianès. En estas comarcas se aplica el nombre en catalán de “cuagra” a cualquiera de las especies del género Russula, a menudo muy difíciles de distinguir. El género Russula tiene alrededor de un millar de especies descritas.

La rúsula del encinar se encuentra en cualquier temporada húmeda desde primavera hasta principios de otoño, entre la hojarasca en los claros del bosque.

La rúsula del encinar es una seta maciza, con el pie corto y el sombrero grueso de entre 5 y 10 cm de diámetro, con los márgenes involutos al inicio de su desarrollo y finalmente plano o ligeramente cóncavo. Nace con el pie hundido, con lo que el sombrero suele quedar a ras del suelo. Por encima tiene una cutícula de colores pastel mezclados, pálidos, poco homogéneos y poco constantes entre ejemplares, en la que un azul morado, violáceo, grisáceo o verdoso predomina en los bordes y un amarillo amarronado en el centro que queda siempre deprimido. El pie y las láminas son blancos. La carne del sombrero que se muestra en las rozaduras de la cutícula es también blanca. Tanto la carne como las láminas pasan a tonos crema o rosado con el rozamiento.

La rúsula del encinar es buena comestible, por lo que puede ser conocida. El recolector de setas puede confundir la rúsula del encinar (R.ilicis) con R.cyanoxantha, R.heterophylla o con R.virescens sin que el hecho tenga consecuencias ya que todas estas especies de Russula con cutícula de tonos azul-verde-violáceo son buenas comestibles.

[fotos Jordi Badia]