El rebozuelo (Cantharellus cibarius) es una seta maciza, íntegramente de un bello color amarillo dorado o anaranjado, en forma vagamente de embudo con el pie y el sombrero poco diferenciados. Tiene por debajo pliegues decurrentes, bifurcados al llegar al margen del sombrero, en lugar de láminas. El rebozuelo crece en los bosques planifolios, preferentemente en robledales, y también en los pinares. A menudo se le encuentra semi-enterrado bajo la hojarasca o el musgo. Las larvas no suelen consumirlo, posee un agradable olor afrutado y es fácil de transportar y conservar. Si se le añade que el rebozuelo es un excelente comestible en los guisados, se comprende porqué se trata de una de las setas más apreciadas por los recolectores. El rebozuelo es pariente del rebozuelo anaranjado que aparece en los pinares y del cuerno de la abundancia, los tres excelentes comestibles.
En encinares, robledales y alcornocales -aunque no existen los alcornocales en la comarca de Bages- se encuentra Cantharellus pallens, un rebozuelo de color más pálido, igualmente buen comestible, aunque no tan perfumado ni saboroso.
[fotos Jordi Badia]
- Ver el artículo Reconversió boletaire, en catalán, de Jordi Badia