La artemisa que podríamos denominar china (Artemisia verlotiorum) es una hierba perenne, originaria del sud-oeste de China, que se ha difundido por muchas partes del mundo ocupando suelos fértiles.
Posee hojas de contorno vagamente triangular, pinnaticompuestas con segmentos linear-lanceolados decurrentes sobre el raquis o el pecíolo y agudos en la punta. Estas hojas son discoloras, de un verde intenso en el haz y blanquecinas en el envés en el que los nervios principales resaltan en verde. La artemisa china tiene aspecto hojoso y compacto, con tallos de hasta un metro de altura poco ramificados que nacen numerosos de la base, estriados, pilosos y casi siempre de color granate. Suele constituir poblaciones densas por medio de sus estolones subterráneos. En otoño, en la axila de las hojas se forman racimos de capítulos muy pequeños, de tan solo 2-3 mm de longitud a pesar de ser alargados, envueltos por brácteas estrechas, verdes y con pilosidad blanca que casi no permiten asomarse a las pocas flores tubulosas del mismo color granate que los tallos.
La artemisa china se asemeja mucho a la artemisa (A.vulgaris), la especie original europea, montana, que al parecer no se encuentra en la comarca de Bages. La artemisa china se diferencia de la verdadera por sus segmentos foliares más largos, por sus estolones, por el porte algo péndulo de los racimos de capítulos y por su olor más agradable. En cualquier caso, la artemisa china no es, ni mucho menos, tan aromática como el ajenjo (Artemisia absinthium), ni como el ajenjo marino o tomillo blanco (A.gallica).
En la comarca de Bages, la artemisa china consigue grandes poblaciones en las orillas de los ríos Cardener y Llobregat, en ambientes de soto de ribera. Su llegada debe ser relativamente reciente porque no consta en la Flora del Bages de Pius Font i Quer del año 1914.
[fotos Jordi Badia]