La rabaniza amarilla (Erucastrum nasturtiifolium subsp. nasturtiifolium) es una de las hierbas de la familia de las crucíferas o brasicáceas más común en el Bages, y también en la mayor parte de Cataluña. Puede ser bienal o perenne, mide de 20 a 80 cm de alto y es erecta y ramificada. Tiene las hojas pinnatisectas o pinnatipartidas, con los segmentos fuertemente dentados, y cubiertas de pelos rígidos, sobre todo en los nervios. Las flores, agrupadas en racimos terminales, tienen 4 pétalos de color amarillo vivo y un pedúnculo de una longitud similar a la del resto de la flor. Florece de marzo a noviembre. Los frutos son silicuas delgadas, de 2 a 4,5 cm de largo, con hinchamientos que recuerdan un collar de perlas, y con una sola hilera de semillas pequeñas .
Vive en lugares soleados, sobre tierras más o menos removidas -donde puede formar poblaciones numerosas como la de la foto 1ª- y tolera bien la sequedad. Aunque es frecuente en las viñas y los olivares, no puede ser considerada una hierba claramente arvense (ligada a los cultivos), porque también crece en los guijarrales de los ríos y otros lugares de suelo pedregoso, sobre la tierra removida que se origina cuando los árboles son arrancados por el viento o la nieve, etc.
Está distribuida principalmente por la parte occidental de las zonas mediterránea y submediterránea, pero falta en el oeste y en la mayor parte de la mitad sur de la península Ibérica y, en las Baleares, tan sólo se ha encontrado en Formentera y en algunos islotes de Ibiza. No está presente en el norte de África y, en Italia, tan sólo se la encuentra en el norte.
[fotos Florenci Vallès (1ª, 2ª y 4ª) y Jordi Badia (3ª)]