El fresno de flor o florido (Fraxinus ornus) es un arbolillo que se diferencia de los otros dos fresnos presentes en Cataluña, el fresno (F.excelsior) y el fresno de hoja pequeña (F.angustifolia), en que sus flores son blancas y vistosas, con 4 pétalos estrechos, para la polinización mediante insectos. Estas flores aparecen en racimos erectos en mayo, cuando la copa tiene ya todas sus hojas; nada que ver pues con las flores pequeñas y primerizas, simples para la polinización por el viento, de los demás fresnos.
Las hojas del fresno florido son pinnadas con un número impar de folíolos, 5, 7 o 9, ovados, proporcionalmente más anchos que los de los demás fresnos, y peciolulados, o sea con un corto peciólulo en cada folíolo, incluido el terminal, en ver de inserirse directamente en el raquis. El raquis y los peciólulos son algo pilosos. El fruto es una sámara que cuelga seca del árbol durante todo un año (foto 6ª).
El fresno florido habitualmente se ramifica abundantemente, en ángulo cerrado y ya desde cerca de la base, con las ramas divergiendo poco del tronco principal, por lo que suele resultar una copa elíptica, densamente hojosa de arriba a abajo.
El fresno florido es un árbol distribuido por el Mediterráneo Oriental y que, en la península Ibérica, tiene su área en las sierras levantinas de Mariola y Aitana, en el sur del País Valenciano. Hasta hace unos pocos años, el fresno florido no era considerado autóctono en Cataluña. Actualmente se encuentran rodales de bosque dominados por el fresno florido como mínimo en las comarcas de Berguedà -en la font Negra de Berga, en Llinars d’Aiguadora- de Solsonès -can Saragossa de Guixers-, de Conflent -en Fillols, a los pies del Canigó- y de Bages -en la umbría de Ferreroles (Marganell), en la vertiente frente al monasterio de Sant Benet de Bages y en la umbría de Bussanya (Moià)-. También aparecen ejemplares solitarios aquí y allá, fruto de dispersión a partir de estos núcleos poblacionales. No está claro si las poblaciones en Cataluña provienen de ejemplares de jardín o de otras poblaciones plenamente naturales; lo cierto es que actualmente el fresno florido es un árbol espontáneo en Cataluña y especialmente bello cuando está en flor. En cualquier caso, bienvenido sea.
En la comarca de Bages, el fresno florido vive en umbrías y vaguadas, en ambientes donde suele coincidir con el arce de Montpellier, la cornicabra -cuyas hojas son parecidas a las del fresno florido- y el roble pubescente. En cierta medida, el fresno florido podría ocupar el hábitat de donde retrocede el olmo, diezmado por la grafiosis y los cecidios ocasionados por pulgones.
De les incisiones en la corteza del fresno florido brota una secreción dulce que solidifica tomando color amarillento, conocida como maná; el maná bíblico. Para este aprovechamiento, el fresno florido había sido cultivado en el sur de Italia y en Sicilia.
[fotos Montserrat Porta (1ª) i Jordi Badia (2ª, 3ª, 4ª, 5ª y 6ª)]