La herniaria o hierba de la piedra (Herniaria glabra) es una planta que vive uno o unos pocos años en caminos y lugares de paso, preferentemente en terrenos arenosos y ácidos. Pertenece a la familia cariofilácias, una circunstancia que se aprecia mejor por la disposición opuesta de sus hojas que por las flores reducidas.
Sus tallos, muy ligeramente leñosos, algo zigzagueantes y a menudo rojizos, avanzan a ras del suelo alejándose radialmente hasta unos 20 cm del punto donde germinó la semilla, ramificándose paulatinamente para tapizar toda la superficie disponible. Las hojas son opuestas, muy pequeñas, ovadas o lanceoladas, crasas, de un verde amarillento, sésiles y con estípulas en los nudos del tallo. Las flores nacen abundantes en glomérulos en la axila de las hojas de la parte distal de los tallos; son tan pequeñas que no tienen pedúnculo ni pétalos, constan tan solo de 5 sépalos verdes, 5 estambres y un pistilo central. Produce muchísimas semillas minúsculas, como granillos de arena.
Además de crecer espontáneamente, la herniaria se cultiva en jardines para conseguir recubrimientos verdes que admitan el paso y no requieran riego, a menudo rellenando el espacio libre entre baldosas de un pavimento. La muestra de herbario fotografiada fue recogida en un pavimento antiguo de adoquines de basalto en La Guía (Manresa).
En la comarca de Bages es más frecuente la especie próxima Herniaria hirsuta ssp.cinerea, con porte rastrero similar pero de color grisáceo por la abundancia de pelos.
Las infusiones de herniaria se han utilizado para combatir trastornos del sistema urinario, en particular las piedras de riñón, de donde proviene su nombre de hierba de la piedra.
[fotos Jordi Badia]