El jazmín silvestre (Jasminum fruticans) es un arbusto con tallos verdes cuadrangulares y hojas trifolioladas, de aspecto genistoide, aunque no pertenece a la familia de las papilionáceas como la retama, sino que se incluye en la de las oleáceas como el olivo. Alcanza los 2 metros de altura como máximo. A diferencia de otras oleáceas, las hojas del jazmín silvestre se disponen esparcidas. Las flores, muy aromáticas, aparecen en primavera y verano. Poseen simetría radiada con un cáliz minúsculo compuesto por 4 o 5 sépalos lineales y una corola amarilla en tubo largo y estrecho, abierto finalmente en 5 lóbulos o pétalos. El fruto es una baya negra reluciente, de unos 5 o 6 mm de diámetro. Estas flores radiadas y el fruto en baya muestran claramente que el jazmín silvestre no tiene relación con las papilionáceas, a pesar de su semejanza superficial.
El jazmín silvestre vive en maquias. Es poco frecuente en la comarca de Bages, donde se le encuentra en reductos rocosos de biodiversidad arbustiva alta.