El escorpión negro (Euscorpius flavicaudis) es un escorpión que alcanza 3 – 4 cm al llegar a la edad adulta y que con su cuerpo negro salvo los cuatro pares de patas y el aguijón que tienen tono amarillo pálido cumple a la vez con el adjetivo negro de su nombre popular y con el flavicaudis (flavi = amarillo, caudis = cola) de su nombre científico. La foto 1ª muestra un adulto, la 2ª un ejemplar joven.
El escorpión negro posee un aspecto amenazador con sus pedipalpos negros terminados en pinzas muy grandes y la cola terminada en un aguijón. En realidad es casi inofensivo para los humanos; su comportamiento no es nada agresivo y su picada no es, ni mucho menos, tan dolorosa como la del escorpión amarillo (Buthus occitanus).
El escorpión negro caza al acecho insectos y crustáceos terrestres del orden isópodos conocidos como cochinillas de la humedad. Es cazador, aunque en ningún caso responde a la imagen del depredador voraz y armado de veneno mortífero que la simbología del escorpión le otorga. Su metabolismo parece funcionar a ritmo lento; puede permanecer largo rato quieto y pasar temporadas sin comer.
El escorpión negro vive principalmente en sótanos húmedos de casas viejas. De día permanece escondido en una grieta y de noche sale a esperar alguna presa. El macho se desentiende de su progenie al finalizar la cópula. La hembra pondrá los huevos en un rincón resguardado. Con la eclosión de los huevos verán la luz pequeños escorpiones de color blanco que la madre transportará sobre su dorso hasta que tengan la edad y el tamaño para emanciparse.
[fotos Laia Rosell, Montserrat Porta y Jordi Badia (1ª) y Montserrat Porta (2ª)]