En las comarcas de Bages y Moianès, el medio acuático está restringido a la red fluvial, a las pozas de fuentes, a pequeños estanques más o menos naturales y a estanques artificiales.
La vida en el agua, o estrechamente ligada al medio acuático, tiene unos condicionantes propios. Los factores que más directamente influyen en los organismos vivos de las aguas en el Bages son los que se relacionan a continuación.
El caudal
El caudal de un río o arroyo, expresado como volumen de agua circulante por unidad de tiempo, depende de circunstancias ambientales -amplitud de la cuenca, precipitaciones…-, pero también de artificiales -captaciones de agua, modificaciones del lecho fluvial, vertidos…-. La industrialización textil iniciada en el siglo XIX se extendió por el Bages aprovechando la fuerza motriz del río Llobregat y de sus afluentes principales –el Cardener y las rieras Gavarresa y de Calders-. Ríos y arroyos fueron domesticados por múltiples presas que desvían el agua de su cauce natural, canalizándola hacia minicentrales hidroeléctricas o edificios industriales. También hay canales que tienen como finalidad el riego o el abastecimiento de agua a la población. A menudo los canales reducen el caudal en el río, una vez pasada la presa, hasta niveles por debajo del caudal ecológico, entendido como el mínimo de agua corriente necesaria para mantener la diversidad de especies que habitan en un tramo fluvial. En casos extremos se llega a secar completamente el río. Los canales abusivos echan a perder la riqueza de la vida en el río.
Muchos arroyos del Bages se quedan sin circulación de agua superficial en verano, ya sea por la sequía o por las captaciones, quedando agua sólo en las pozas dónde se refugia la fauna acuática. Aunque aparentemente el agua de las pozas en tiempo de sequía está totalmente estancada, se renueva por la circulación subterránea.
La temperatura
La temperatura del agua presenta notables variaciones diarias y estacionales. La media de las temperaturas máximas anuales del agua del Llobregat y del Cardener oscila entre los 20º C y los 22º C en el tercio septentrional de la comarca y entre los 22º C y los 24º C en el resto. Es frecuente que el agua de la superficie de los cursos fluviales del Bages se hiele en invierno, pero normalmente la capa de hielo que se forma es delgada, poco duradera y restringida a los tramos umbríos de aguas lentas.
La salinidad
Las aguas del Bages, por la naturaleza del sustrato geológico, se caracterizan por una elevada concentración de iones calcio y bicarbonato que provocan un pH básico, con valores de alrededor de 8.
Pese a la existencia del colector de salmueras, los ríos Cardener y Llobregat se salinizan principalmente con cloruro de sodio, y también con cloruro de potasio, al cruzar respectivamente las zonas de explotación minera de Súria y de Sallent. Debido a su elevada salinidad, el agua del Cardener más allá de Súria no puede ser aprovechada para la potabilización. También resultan afectadas por las filtraciones de sal de origen minero los arroyos de Hortons en Súria, de Conangle en Balsareny, de Soldevila en Sallent y de Riudor en Santpedor. Las únicas entradas de cloruro de sodio significativas de origen natural son las que provienen de la Montaña de Sal de Cardona y del torrente Salado de Avinyó.
Ver en la hemeroteca los artículos de Jordi Badia, en catalán y ordenados cronológicamente por su fecha de publicación, sobre la salinidad en la cuenca del Llobregat: La conca del Llobregat hipotecada per les muntanyes de residus de sal del Bages, El perquè del mal gust de l’aigua de Barcelona, FAQs THMs H2O, Burros amb orelleres, Els salers sempre tapats, Qui contamina cobra, L’espasa de Dàmocles de la conca del Llobregat y Informe sobre els informes.
Ver el Plano de salinidad en la cuenca de los ríos Cardener y Llobregat.
El oxígeno
Para los organismos acuáticos aeróbicos, los que respiran oxígeno disuelto en el agua, la concentración de este elemento es uno de los factores más determinantes. También hay muchos animales acuáticos, como por ejemplo insectos o tortugas, que respiran oxígeno atmosférico. La concentración de oxígeno disuelto disminuye cuando el agua se estanca y disminuye la turbulencia, y cuando aumentan la temperatura o la concentración de materia orgánica.
El Bages es una comarca con alta densidad de población en los valles y, por tanto, la contaminación fluvial de origen urbano puede ser importante si el agua no es depurada correctamente. La expresión, aún viva, «tíralo al río», referida a un desecho o a algo inservible, indica que a lo largo de la historia toda clase de contaminantes de origen humano han ido a parar a nuestros ríos. Otra fuente de contaminación es de origen agrícola, en forma de purines, abonos químicos y pesticidas.
La materia orgánica -aguas residuales, purines…- vertida al río es consumida como alimento por microorganismos aeróbicos acuáticos. En este proceso la materia orgánica se oxida y, en consecuencia, el agua se autodepura de forma natural. Pero si la concentración de contaminantes aumenta en exceso, se inicia un proceso de degradación progresiva del ecosistema acuático, denominado eutrofización, que puede tener como consecuencia final el agotamiento casi total del oxígeno.
En verano, cuando la circulación de agua se ve muy disminuida y los peces permanecen concentrados en las pozas, la disminución del oxígeno disuelto puede llegar a provocarles la muerte por asfixia. Algunas especies, como la trucha común (Salmo trutta fario) necesitan aguas muy oxigenadas, mientras que otras, como la carpa (Cyprinus carpio), toleran concentraciones de oxígeno muy bajas.
La introducción de especies alóctonas
En el caso de los ríos que desembocan al mar, su cuenca es -en condiciones naturales- un ecosistema bastante aislado para muchos organismos que, como la mayoría de especies de peces fluviales, sólo pueden vivir en aguas dulces. Este aislamiento favorece la formación de subespecies y especies exclusivas de una cuenca o de un grupo de cuencas. Un buen ejemplo de este proceso de especiación está en los barbos (Barbus).
Por desgracia, la frecuente introducción artificial de especies foráneas, capaces de vivir y de reproducirse en los ríos de la comarca, suele perjudicar las especies autóctonas a través de la competencia, la depredación o la transmisión de enfermedades.
Un buen ejemplo de este tipo de daño ambiental provocado por los humanos lo tenemos en los cangrejos de río: la especie americana originaria de Lousiana (Procambarus clarkii) compite con la autóctona (Austropotamobius pallipes lusitanicus) y, lo que es peor, presumiblemente le transmite una enfermedad fúngica. Desde que el cangrejo americano fue introducido con finalidad comercial en la península Ibérica en el año 1972, las poblaciones del cangrejo de río autóctono han ido disminuyendo a medida que se extendía la especie americana. Con respecto a los peces, el tema de las introducciones de especies es ya de escándalo: se considera que en la cuenca del Llobregat tan sólo hay 4 especies autóctonas -la anguila, el barbo de cola roja, el cacho y la trucha común-, pero en la zona de Súria se han observado 9 especies más introducidas.
La nutria (Lutra lutra), extinguida en el Bages durante la segunda mitad del siglo XX debido a la contaminación de las aguas, vuelve a detectarse en la cuenca del Llobregat en el año 2003.
[Jordi Badia y Florenci Vallès con la colaboración de Enric Sala, Ramon Solà y Marc Vilarmau]