En las últimas décadas del siglo XX y en el siglo presente, allí donde la pendiente no es excesiva, se han eliminado antiguas terrazas, con sus márgenes y canalizaciones, para unificarlas y conseguir piezas de tierra arable más extensas que son más fáciles de cultivar con los medios mecánicos actuales. Estas actuaciones a menudo han tenido como consecuencia un incremento de la erosión, especialmente en los campos situados en vaguadas donde van a parar pequeños torrentes que vienen de las laderas.
Antes de la unificación de los campos pequeños, las aguas de estos torrentes circulaban por las canalizaciones existentes entre campo y campo, pero ahora, cuando las lluvias son intensas y abundantes, se abren paso en medio de la tierra desprotegida y originan badenes y acumulaciones de sedimentos en las partes más bajas. Estos impactos son evidentes en la foto 1ª, obtenida en Les Generes (Talamanca), el 8 de diciembre de 2011. En las fotos 2ª y 3ª, que fueron obtenidas el 21 de abril de 2008 y corresponden a un campo situado en la base de la vertiente este del Collbaix (Sant Joan de Vilatorrada), se puede ver como la erosión ha puesto al descubierto una antigua pared de piedra seca enterrada que, sabiamente, los agricultores de otros tiempos construyeron para conservar la tierra.