Tras la restauración de la escombrera de Vilafruns se esperaba una reducción completa de la salinidad en el arroyo de Conangle. Pero la reducción no es total porque en el arroyo llega aún salmuera filtrada en las instalaciones mineres de Vilafruns y que no es captada en el inicio del colector de salmueras.
En la imagen 1ª, el suelo arrasado por la salmuera alrededor de la primera tapa del colector. Está claro que no toda la salmuera es captada y conducida al colector, sino que esporádicamente una parte de la salmuera circula en superficie y que sistemáticamente un caudal mucho mayor y constante circula por el subsuelo. En las imágenes 2ª y 3ª, la salmuera de Vilafruns que no es captada en la entrada al colector, tras circular subterráneamente reaparece en el margen del arroyo, a pocos metros del acueducto medieval de la acequia de Manresa. Nótese el contraste brutal entre las dos riberas; en la izquierda por la que llega la salmuera no crece ni una hierba, mientras que en la derecha prospera la vegetación.
[fotos Jordi Badia]
- Ver los artículos L’espasa de Dàmocles de la conca del Llobregat, La restauració del runam de Vilafruns y El conte de mai acabar, en catalán, de Jordi Badia.
- Ver Plataforma Montsalat, en catalán, para información detallada de los impactos ambientales de la minería de sal en la comarca de Bages.