Terrenos del valle de Rajadell, en Monistrolet a los pies de Collbaix, donde la promotora Circuit de Karting de Catalunya SL, auspiciada por la Federación Catalana de Automovilismo, proyecta un gran circuito de karts. El proyecto tiene una generosa subvención de 1,8M€ de la Secretaría General del Deporte de la Generalitat.
Los terrenos están calificados como no urbanizables de especial protección paisajística. Explícitamente, su uso para competiciones de vehículos a motor está prohibido. A pesar de ello, el proyecto pretende instalar el circuito en este lugar ignorando su regulación urbanística y tramitarse por el «procedimiento para la aprobación de proyectos de actuaciones específicas de interés público en suelo no urbanizable«.
Estos terrenos pertenecen al municipio de Rajadell, en el límite con el de Manresa. Existen la voluntad del Ajuntamiento de Manresa manifestada y aprobada en Pleno de conservar el área natural del valle de Rajadell, un itinerario de naturaleza del valle redactado por miembros de la delegación del Bages de la ICHN y una asociación, Meandre, que tiene por objetivos proteger y divulgar los valores naturales de este entorno. Por su proximidad a Manresa y por ser la salida de la ciudad que mejor mantiene su condición natural y rural, esta área es frecuentada por excursionistas, naturalistas, ciclistas y corredores que tienen su campo base en las instalaciones de atletismo del Congost.
Evidentemente, la construcción del circuito de karts destrozaría el valle, quitándole todo su encanto natural. El ruido estridente de los karts se extendería mucho más allá del área ocupada, afectando por lo menos hasta unos 2-3 km alrededor, molestando a los excursionistas que ascienden a Collbaix e impidiendo la nidificación de los pájaros del bosque. En definitiva, se arruinarían las características naturales del valle de Rajadell y de la montaña Collbaix, con todas las posibilidades que actualmente ofrecen.
Se daría la paradoja que un equipamiento subvencionado por la Secretaría General del Deporte para realizar una actividad para algunos lúdica, para muchos molesta y ruidosa, en cualquier caso a las antípodas del deporte, además de arruinar una área natural, impediría la práctica del auténtico deporte.
[foto Jordi Badia]