La gráfica de salinidad en el agua de la población de Sant Vicenç de Castellet ejemplifica las consecuencias que los lixiviados salinos, originados en las escombreras de la minería de potasa de la comarca de Bages e incorporados a la red fluvial y a las aguas subterráneas, ocasionan a la calidad de los abastecimientos que dependen del río Llobregat en su cuenca media y baja. Los valores corresponden a los resultados de ion cloruro, expresados en milígramos de cloruro por litro, obtenidos en análisis de periodicidad semanal durante el año 2006 del agua suministrada por la compañía Sorea, filial de Agbar, a la población de Sant Vicenç de Castellet. La media del año 2006 ha sido de 283 mg Cl/L, por encima del límite de 250 mg Cl/L que establece el RD 140/2003 de criterios sanitarios para el agua de consumo humano. En 3 de cada 4 semanas del 2006, un año con pluviosidad normal, la salinidad del agua de red en Sant Vicenç de Castellet ha superado los 250 mg Cl/L. Esta agua no puede calificarse propiamente como potable. Además hay que tener en cuenta otras consecuencias indeseadas derivadas de la elevada salinidad, como son el mal gusto del potasio y el mayor riesgo de formación de los compuestos denominados tri-halometanos como el cloroformo y moléculas similares, todas ellas cancerígenas- al desinfectar el agua en las plantas potabilizadoras. La legislación establece límites progresivamente menores de tri-halometanos en las aguas de consumo.
Sant Vicenç de Castellet capta el agua del Llobregat, justo antes de la confluencia de su afluente el Cardener. Si las aguas del Llobregat están salinizadas tras su paso por Sallent, las del Cardener lo están tanto o más tras su paso por Súria. Río abajo, estas aguas captadas y tratadas en Abrera y en Sant Joan Despí se distribuirán a la población de las comarcas del Barcelonès, el Vallès Occidental y el Baix Llobregat, y en parte de las de Anoia, Alt Penedès y Vallès Oriental, donde en conjunto viven unos 3 o 4 millones de habitantes, la mitad de la población de Catalunya. El agua del acuífero de la Vall Baixa del Llobregat, utilizada también para el suministro, al estar en contacto permanente con la del río presenta sus mismas características de salinidad alta. Dependerá tan sólo de la proporción de agua realmente dulce trasvasada del río Ter que el agua de un grifo de Barcelona y su área metropolitana sea más o menos aceptable. Además de la afectación generalizada de la cuenca, localmente los municipios de Sallent, Santpedor y Callús, situados en el norte del Pla de Bages junto a los vertederos de residuos salinos, han tenido que abandonar recursos propios de agua por su intensa salinización.
[datos y gráfica Jordi Badia]