Bolas de cañón en la arenisca

En algunos lugares de la comarca de Bages, la arenisca eocénica marina contiene bolas de un rango entre 2 y 15 cm de diámetro, integradas en la propia matriz de la roca y de su misma composición. En Geología se conocen internacionalmente con el nombre de cannonballs, bolas de cañón. En el afloramiento, las bolas de cañón pueden mostrarse en relieve positivo o convexo, en la forma noisette, o en relieve negativo o cóncavo, en la forma gruyère, si la erosión las ha eliminado dejando el molde externo.

La imagen muestra bolas de cañón en un estrato de arenisca en Les Brucardes (Sant Fruitós de Bages). También se encuentran bolas de cañón como éstas en el abrigo de Les Brucardes con pinturas rupestres. Precisamente, una pintura que se interpreta como un sol aprovecha una bola de cañón seccionada diametralmente. Las imágenes 2ª y 3ª muestran bolas de cañón en arenisca en el Malbalç, cerca de la zona industrial de Bufalvent (Manresa). También se encuentran bolas de cañón en la arenisca del abrigo de Els Polvorers (Manresa).

En otras formaciones geológicas del mundo existen bolas de cañón mayores, más espectaculares y más consistentes. La playa de Bowling Ball Beach, en California, efectivamente acumula numerosas bolas de cañón del mismo tamaño que las que se utilizan en una bolera. En la península Ibérica, las bolas de cañón más bellas deben ser las que se encuentran integradas en la arenisca de la formación Jaizkibel, en el flysch de la costa de Guipúzcoa.

Hay que buscar el origen de las bolas de cañón en la sedimentación de la arena y en los procesos posteriores que la cimentaron y consolidaron en una roca compacta, en ambientes marinos de plataforma continental. Probablemente, las bolas de cañón de textura y tamaños distintos de formaciones geológicas diferentes tengan también orígenes diferentes.

Interpretamos que las bolas de cañón que se encuentran en la arenisca marina del Eoceno en la comarca de Bages se deben a la existencia en el fondo marino, durante el tiempo de sedimentación, de bolas de restos de posidonia o bolas de Neptuno, exactamente iguales a las que encontramos hoy en día arrastradas por las olas en las playas mediterráneas cercanas a praderas submarinas de esta planta. Al rodar por el fondo marino arenoso empujadas por las corrientes, estas bolas de pelos y filamentos atrapan partículas de arena, tal y como un estropajo atrapa la suciedad. Cuando finalmente las bolas de posidonia reposan en el sedimento, su materia orgánica se degrada y desaparece, no fosiliza, pero sí queda su forma esférica formada por los granitos de arena que había incorporado. Si esta interpretación es cierta, las bolas de cañón pertenecen a la categoría de las icnitas o icnofósiles, es decir a la huella grabada en la roca sedimentaria de la actividad de organismo vivos. Las bolas de cañón originadas durante el Antropoceno, el tiempo actual, se identificarán en el futuro por su contenido en microplásticos, además de arena.

[fotos Jordi Badia]