Castillo de Castellcir o de la Popa

El castillo de Castellcir o castillo de la Popa se encuentra en este municipio de la comarca de Moianès, sobre un peñón rocoso alargado de SO a NE y erosionado por la base.

El peñón rocoso domina los alrededores y refuerza la defensa del castillo al elevarse unos 10-12 metros en pared vertical o extraplomada sobre la cresta. Un estrato plano de caliza dura, de origen arrecifal, mantiene la cresta. Por encima de esta caliza hay, o había, un estrato de 10-12 metros de potencia de roca arenisca, consolidada y angulosa en las capas superiores, y más arcillosas o margosas en las capas inferiores. Hace miles de años, la erosión eliminó una gran parte del estrato de arenisca aislando el peñón alargado, y sigue reduciéndolo progresivamente. De la erosión más intensa por la base del peñón, donde la roca está menos consolidada, resulta la forma de popa de barco, especialmente en el extremo NE del peñón (foto 1ª). El avance de la erosión pone en peligro la estabilidad del peñón y la del propio castillo, construido hasta los límites. Una gran grieta atraviesa en vertical el peñón de roca y la pared del castillo, como si fueran una sola unidad. Tarde o temprano -confiemos en que sea más tarde que temprano- sucederá el gran desplome que la grieta anuncia. En cualquier caso, el castillo de la Popa es actualmente un magnífico espectáculo de patrimonio medieval, de historia y de geomorfología.

La primera documentación del castillo está datada en el año 1014, por lo que el inicio de su construcción debió ser en el siglo X. Más que un simple castillo fue una fortaleza amurallada que ocupó toda la superficie superior plana del peñón. La fortaleza consta de dos edificios (fotos 2ª y 3ª) conectados por un patio interior, uno en la punta NE y el otro en el centro del peñón, y de la iglesia de Sant Martí, actualmente en ruinas, en la punta SO. El castillo y la ermita se mantuvieron durante siglos, pero el abandono durante el siglo XX propició un deterioro irreversible. No es prudente entrar en el castillo.

[fotos Jordi Badia]