A primera vista, cuando vemos un ejemplar de Nomada agrestis parece que estamos delante de una avispa, más si se trata de un macho con su abdomen amarillo y bandas transversales negras. Ahora bien, como se puede observar en la foto 1ª, la presencia de pilosidad en las patas y en el tórax nos indica que estamos delante de una abeja. El género Nomada presenta a menudo un claro dimorfismo sexual. En este caso, la hembra es toda rojiza y negra, con bandas transversales de ambos colores en el abdomen, tal y como se ve en la foto 2ª. La N. agrestis es cleptoparásita de Eucera nigrilabris, por lo tanto sus fenologías estan estrechamente relacionadas.
[fotos Xavier Adot]