El ajo pardo (Allium scorodoprasum ssp.rotundum [= A.rotundum]) es un ajo silvestre caracterizado por sus flores purpúreas y las hojas en forma de cinta plana, de anchura comprendida entre 0,5 y 1 cm y que envuelven el tallo hasta media altura. Como los demás ajos, tiene un bulbo subterráneo; se trata pues de un geófito. La inflorescencia es esférica, con una bráctea en la base que se desprende enseguida, densa y con flores con pedicelos de longitud variable entre 0,5 y 2 cm, cortos los de las flores de abajo, más largos los de las flores de arriba, de forma que el extremo del pedúnculo termina por debajo del centro de la esfera floral. A veces -no es el caso de las imágenes- algunas flores de la inforescencia pueden ser sustituidas por bulbillos sésiles, sin pedicelo. Las flores son acampanadas, cerradas, con estambres cortos que no sobresalen del perianto.
La inflorescencia mayor y con la bráctea caediza, los estambres insertos y las hojas planas diferencian el ajo pardo (A.scorodoprasum) del ajo de cigüeña (A.sphaerocephalon), otra especie de ajo silvestre con flores del mismo color púrpura, aunque con los estambres exertos y las hojas fistulosas.
Allium scorodoprasum florece en verano. Vive en cultivos de secano y márgenes de caminos.
Allium scorodoprasum no es citado en la Flora del Bages de Pius Font i Quer publicada en 1914 (Ensayo Fitotopográfico de Bages), y la «Flora dels Països Catalans» de Oriol de Bolòs y Josep Vigo lo considera muy raro en el territorio auso-segárrico. En cambio, sin buscarlo específicamente, es un ajo silvestre que hemos encontrado en diferentes localidades de la comarca de Bages; por tanto no debe ser tan raro. Queda la duda sobre si el ajo pardo había pasado desapercibo, confundido con otras especies similares de ajo silvestre, o si se trata de una especie de expansión reciente en la comarca de Bages.
[fotos Jordi Badia (1ª) y Efrem Batriu (2ª)]