Avellano

Corylus avellana

El avellano (Corylus avellana) es medio árbol, medio arbusto; su altura de hasta 6 o 7 metros es propia de un árbol, mientras que el porte con numerosos troncos de madera flexible saliendo del mismo tocón es propio de un arbusto.

Espontáneamente, el avellano crece en la comarca de Bages en zonas particularmente húmedas de robledales y de otros bosques caducifolios, y especialmente en la vertiente norte de Montserrat donde da nombre a la canal dels Avellaners. Las hojas del avellano son grandes, acorazonadas con la base ligeramente asimétrica, más bien gruesas y con los nervios secundarios paralelos hundidos, y con un doble dentado en el margen que ayuda a distinguirlas de las hojas del tilo con quien convive en Monserrat.

El avellano es conocido por sus frutos secos, las avellanas (foto 3ª), obtenidas de variedades de cultivo. El avellano florece en enero y febrero, antes de sacar las nuevas hojas. Sus flores son unisexuadas. Las masculinas, muy numerosas y visibles, se encuentran en largos amentos que cuelgan en grupos de 2, 3 ó 4 (fotos 1ª y 2ª). Es muy característica la imagen de las ramas del avellano engalanadas de amentos en pleno invierno. En cambio las flores femeninas son escasas e inconspícuas, apenas si se ven unos estigmas rojos, aunque son ellas las que, en otoño, se habrán convertido en avellana; las vemos en la foto 3ª.

[fotos Jordi Badia (1ª y 4ª), Florenci Vallès (2ª y 3ª) y Marta Queralt López Salvans (5ª y 6ª)]