Avena

Avena sativa

La avena (Avena sativa) es, entre los cereales cultivados, el que con mayor seguridad se reconoce por los pedicelos largos y finos de las espículas o espiguillas que conforman una panícula laxa con las espículas mirando hacia abajo. Otro tema es diferenciar entre la avena (A.sativa) y las avenas locas (A.barbata, A.sterilis).
El tallo y las hojas de la avena tienen un verde azulado. Las hojas superan los 10 mm de anchura. En la inserción de las hojas se encuentra una lígula ovada, pequeña, de color blanco translúcido.
La panícula de la avena está compuesta de espículas. Cada espícula tiene, de fuera hacia dentro, un par de glumas más largas que las 2 o 3 flores que protege. A su vez, cada flor tiene un par de glumelas; la glumela superior o pálea es mútica –es decir, sin arista-, mientras que la glumela inferior o lemma posee una arista acodada de hasta 40 mm que arranca del dorso. Las aristas de las avenas locas son aún más largas.
Los granos de avena tienen color dorado y forma alargada con un surco longitudinal profundo.
La avena se utiliza mayoritariamente como pienso para caballos, aunque también se destina a la alimentación humana, en particular a la infantil. La harina de avena es especialmente fina.
La avena es cultiva a gran escala en el mundo. Se trata de un cultivo que requiere poca atención. En la comarca de Bages se cultiva igualmente la avena, aunque su extensión es menor que la que ocupan la cebada (Hordeum vulgare) y el trigo (Triticum aestivum, T.durum, T.turgidum), a menudo para consumo propio en la explotación agrícola y ganadera integrada. Es frecuente encontrar avena espontánea en márgenes de caminos y lugares humanizados.

[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia]