El cardo (Cirsium vulgare subsp. crinitum) por antonomasia es una planta bienal, con hojas lobuladas, espinosas y decurrentes sobre el tallo, de manera que éste queda alado, con sección cuadrangular. Los lóbulos y las espinas de las hojas se repiten también en las aristas del tallo. Los capítulos son esféricos, de 2-4 cm de diámetro, defendidos por brácteas terminadas en una espina larga y afilada. La imagen del capítulo es la de un erizo espinoso.
Vive en cardizales en los márgenes del bosque, márgenes de cultivos y herbazales, en ambientes algo húmedos. Florece en verano.
Parecido al cardo (Cirsium vulgare) es el cardo lanudo (Cirsium eriophorum), aunque este último no posee los tallos alados y sus capítulos son mayores, con brácteas no espinosas y están revestidos de una telaraña blanquecina de pelos.