Cirsium monspessulanum, al que podríamos denominar con el neologismo de cardo de acequia, es una hierba vivaz de la familia compuestas que supera el metro de altura, con el aspecto amenzador y espinoso de los cardos aunque en realidad muy poco vulnerante. Sus hojas son grandes y numerosas en la base pero progresivamente menores en la parte alta del tallo, lampiñas y brillantes, con limbe lanceolado atenuado en la base o sin pecíolo, dependiendo de la posición que ocupen, y con el margen característicamente adornado de espinas débiles, arqueadas hacia adelante. El tallo se ramifica muy poco en su parte alta, donde solo se estira hasta culminar en unos pocos capítulos aglomerados, con pedúnculo corto o nulo, a menudo también con algun capítulo menor que no llega a a desarrollarse. Los capítulos del cardo de acequia tiene forma de copa contraída, de aproximadamente 1 cm de diámetro máximo por 1 cm de longitud, y vienen protegidos por brácteas estrechas y afiladas en una punta terminal negruzca. Las flores son purpúreas, en forma de tubo que se abre en estrella de 5 pétalos. Estos capítulos en floración en pleno verano resultan muy atractivos, por igual para los humanos que para las mariposas.
El cardo de acequia crece cerca del agua, en juncales y prados muy húmedos. Se distribuye ampliamente por Catalunya, también en la comarca de Bages, aunque su óptimo parece estar en los prados montanos muy húmedos. Entre las numerosas especies de cardos, el cardo de acequia es quizás la más amable, tanto por su atractivo visual como por su débil espinescencia.
Confirmando su nombre popular de cardo de acequia, las imágenes han sido obtenidas a la orilla de la Acequia de Manresa.
fotos Jordi Badia]