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El cardo mariano o cardo borriquero (Silybum marianum) es el cardo por excelencia. Se trata de una hierba anual o bienal muy vigorosa, que puede alcanzar los dos metros de altura y ser dominante en los cardizales donde se instala. Tiene hojas rígidas con un característico retículo blanco marmóreo en el anverso, muy grandes las de la roseta basal y amplexicaules las de la parte alta del tallo, todas ellas lobuladas y con cada lóbulo terminado en una espina más o menos punzante. Son también muy característicos sus capítulos como alcachofas, con flores purpúreas, que aparecen a principio de verano. Cada una les brácteas del involucro de este capítulo termina en un apéndice triangular, curvado hacia el exterior, agudo y rígido, especialmente vulnerante
El cardo mariano crece en terrenos alterados por el hombre o sus animales domésticos, cuyos suelos sean profundos, nitrogenados y no demasiado secos. Los frutos molidos del cardo mariano y sus hojas recortadas para sacar las espinas tienen tradición de uso en herboristería.
[fotos Florenci Vallès (1ª y 2ª) y Jordi Badia (3ª)]