La castañeta de la vid (Vesperus xatarti) es un escarabajo perteneciente a la nueva familia Vesperidae separada recientemente de la más extensa y conocida familia Cerambycidae de escarabajos de cuerpo alargado y antenas larguísimas, temido por su afectación a los frutales, a los olivos y especialmente a la vid.
Los adultos tienen un cuerpo castaño oscuro con dimorfismo sexual muy marcado. Los machos miden 20-25 mm de longitud sin contar las antenas más largas que el cuerpo, son esbeltos y sus élitros cubren completamente su abdomen. La imagen de los machos es la de un cerambícido típico o capricornio (foto 1ª). Las hembras son mayores, de unos 40 mm de longitud, sus antenas son más cortas que el cuerpo y poseen un abdomen grande e hinchado que los élitros, del mismo tamaño que los de los machos, no llegan a cubrir. Las hembras recuerdan a las aceiteras (fam.Meloidae) por sus élitros cortos. En el extremo del abdomen tienen un oviscapto retráctil que sacarán para la puesta de huevos. Las imágenes 2ª i 3ª muestran a una hembra fecundada con el abdomen muy hinchado que no ha conseguido poner los huevos. Los machos vuelan; en cambio las hembras, más pesadas, solo caminan. Los adultos emergen de la ninfa a finales de otoño o principios de invierno. Viven solo el tiempo necesario para la reproducción. Su actividad es predominantemente nocturna.
La hembra fecundada se encarama a una parra o a un tronco similar en el que, valiéndose de una grieta en la corteza, pone un centenar de huevos blancos, como granos de arroz, juntos en una placa de un adhesivo que solidifica al contacto con el aire. Los huevos eclosionan en primavera. De ellos salen larvas que se dejan caer al suelo. Las larvas pasan 2 o 3 años en el interior del suelo comiendo las pequeñas raíces tiernas y royendo las mayores hasta llegar al cuello de la raíz o a la zona del injerto. Estas larvas tienen un cuerpo blanco con la cabeza poco diferenciada, blando, segmentado y de forma más cúbica que alargada, con dos mandíbulas potentes, separadas y oscuras en el extremo delantero. Estas larvas cortas y radicícolas distinguen los Vesperidae de los Cerambycidae cuyas larvas son alargadas y habitualmente xilófagas.
Obviamente son las larvas radicícolas de la castañeta, difíciles de ver porque viven en el suelo, quienes perjudican la vid; no los adultos que aparecen en invierno. Las vides que sufren el ataque de larvas de castañeta en las raíces pierden vitalidad y, si son recién plantadas, pueden morir. La afectación por castañeta en una viña suele darse por rodales. La castañeta de la vid se combate en invierno con trampas de feromonas para atraer a los machos, mediante estacas forradas de arpillera o de cartón ondulado para inducir a las hembras a poner en ellas los huevos, con tiras adherentes alrededor de los troncos en su parte baja para que en ellas queden pegadas las hembras antes de que consigan poner los huevos y directamente retirando las placas de huevos de las cortezas.
[fotos Montserrat Porta (1ª) y Florenci Vallès y Jordi Badia (2ª y 3ª)]