El ciervo volador menor (Dorcus parallelipipedus) es un escarabajo negro de unos 2-3 cm, parecido al ciervo volador (Lucanus cervus) pero a escala reducida a menos de la mitad y con unas mandíbulas también en forma de cuerno de ciervo, aunque no tan exageradamente grandes. Pertenece, lógicamente, a la familia Lucánidos.
Destaca su cabeza rectangular -a la que se refiere su adjetivo específico parallelipipedus-, mayor y más cuadrangular en los machos que las hembras, con ojos también negros situados en los vértices y el par de mandíbulas poco ramificadas formando una pinza de piezas también mayores y más separadas en los machos que en las hembras. Si se observa en detalle, a diferencia del ciervo volador que tiene superficie lisa, el ciervo volador menor posee en sus superficies un grabado de puntos finos en el pronoto y en la cabeza y de un retículo anastomosado en los élitros. En las suturas entre la cabeza y el pronoto y entre el pronoto y los élitros tiene pelos rubios cortos que destacan junto al negro, aunque no es éste el caso del ejemplar de la imagen, un macho fotografiado en el macizo de Montserrat.
Los adultos se ven en verano. Son buenos voladores.
Las larvas, mucho más longevas que los adultos, viven en la madera blanda de troncos muertos. Al ser poco exigente por la especie de árbol, puede vivir en muchos ambientes.
[foto Francesc Picas y Jordi Badia]