La clemátide recta (Clematis recta) es una hierba vivaz, alta y vigorosa, que se parece a la clemátide (C.vitalba) y más aún a la clemátide flámula (C.flammula), aunque se diferencia de estas dos lianas porqué la clemátide recta no es leñosa ni trepadora.
La clemátide recta supera fácilmente el metro de altura. Sus tallos son fistulosos, o sea con un canal central hueco. De ellos nacen opuestas hojas imparipinnadas con 5-9 folíolos peciolulados, enteros, de forma acorazonada o lanceolada y glaucos. Los tallos y los raquis de las hojas pueden tomar color granate. Sus flores son similares a las de la clemátide, con una sola envoltura formada por 4 tépalos blancos y estrechos que, a diferencia de los de la clemátide, solo son pilosos en el margen, numerosos estambres y menos carpelos. La semilla lleva en el ápice un plumero corto. La clemátide recta se distingue de la flámula porque las hojas de la flámula son dos veces compuestas y sus pecíolos prensiles.
La clemátide recta vive en los herbazales de los linderos del bosque. Es una hierba propia de climas húmedos, que en la comarca de Bages se encuentra solamente cerca de acequias y arroyos que le aseguren la humedad en verano, cuando florece.
Igual como otras plantas de la familia ranunculáceas, la clemátide recta es tóxica, aunque se le conocen aplicaciones medicinales. Éste debe ser el origen de su nombre popular catalán herba bormera; el borm o muermo es una enfermedad pulmonar de los caballos.
[fotos Jordi Badia]