Enebro

Juniperus communis ssp.communis

El enebro (Juniperus communis ssp.communis var.communis) es un arbolillo que no suele superar los 6 m, a menudo con porte arbustivo, similar al enebro albar o cada (Juniperus oxycedrus), pero generalmente más denso. El enebro albar tiene dos bandas blancas separadas claramente por el nervio central verde en el anverso de las hojas, mientras que el enebro presenta una sola banda blanca central. Se diferencian también ambas especies por el color y la medida de los frutos maduros -los de J.oxycedrus son cobrizos y miden de 6 a 12 mm, mientras que los del enebro son de color azul oscuro y miden de 5 a 9 mm-, pero esta diferencia tan sólo se puede apreciar en los ejemplares femeninos porque ambos Juniperus son especies dioicas, con individuos que producen tan sólo flores femeninas e individuos con sólo flores masculinas.

La foto 2ª muestra un ejemplar macho en flor; la 3ª y la 4ª ejemplares hembra con sus frutos -más propiamente denominados gálbulos, ya que el enebro es una gimnosperma y estos supuestos frutos corresponden a lo que sería una piña en un pino-, de color azul violáceo. Tanto los gálbulos del enebro como los del enebro albar se utilizan en la elaboración de ginebra, aunque los del enebro son más aromáticos.

En el Bages, el enebro crece en zonas de vegetación potencial de robledal; en bosques, montes bajos y prados. En castellano, una población de enebros es un enebral, un nebral o una nebreda, tanto si es de enebros como si es de enebros albares. En el Bages es fácil encontrar nebredas de enebro albar, especialmente en cuadrante suroccidental de la comarca, creciendo normalmente sobre los suelos más pobres y secos, a menudo en lugares donde el recubrimiento vegetal es discontinuo a causa de la erosión y el arbusto pequeño dominante es el romero. La cada es una especie de distribución mediterránea que tolera muy bien la sequía, mientras que el enebro se encuentra en la mayor parte de Europa, pero rehuye las zonas demasiadas secas. El enebro albar, si se quema, saca nuevos retoños, en cambio el enebro, como los pinos auctóctonos, no. Para eliminar los enebros que invaden los prados será suficiente con quemarlos, lo que a menudo se ha realizado en prados de montaña para librarlos de los enebros rastreros.

[fotos Florenci Vallès (1ª, 2ª y 3ª) y Jordi Badia (4ª)]