La esparceta silvestre o pipirigallo (Onobrychis supina) es una hierba perenne de la familia papilionáceas muy parecida a la esparceta (Onobrychis viciifolia) aunque con porte menor, inferior a medio metro de altura, y flores de color menos intenso.
La esparceta silvestre posee hojas compuestas imparipinnadas con 5-12 pares de folíolos estrechos, sésiles y con pelos aplicados, más el folíolo terminal del mismo tamaño que los laterales. Los pedúnculos florales parten de la axila de las hojas levantándose más del doble de la longitud de la hoja correspondiente. En la cima llevan un racimo alargado y denso de flores con pedicelo corto. Les flores demuestran claramente la filiación de la esparceta silvestre en la familia papilionáceas. El cáliz consta de un tubo corto y glabro y 5 dientes pilosos. La corola tiene color rosa claro o con un matiz amarillento, siempre con venas resaltadas de rosa intenso y con la carina o pétalo inferior más corto que el estandarte o pétalo superior que sobresale. Este carácter diferencia la esparceta silvestre de la cultivada, cuyas flores, además de color más intenso, tienen la carina y el estandarte de la misma longitud. El legumbre corto y espinoso queda englobado en el cáliz.
La esparceta silvestre se encuentra en los prados secos y los claros y márgenes del bosque. En la comarca de Bages es más común cuanto más al norte.
[fotos Jordi Badia]