Principalmente de abril a septiembre son frecuentes en el Bages dos especies de aves migratorias nidificantes con aspecto de golondrina: la golondrina común (Hirundo rustica) y el avión común (Delichon urbicum). Ambas son grandes devoradoras de pequeños insectos voladores y pasan los meses que aquí son fríos en zonas más cálidas del sur -en el África subsahariana, en el caso de la golondrina común.
La golondrina común es fácilmente diferenciable del avión común porque tiene la garganta cobriza y las plumas más externas de la cola mucho más largas que las internas. Este último carácter, sin embargo, no lo tienen los ejemplares jóvenes, como el de la foto 3ª.
Las golondrinas y los aviones tienen una boca ancha que les es muy útil para capturar los insectos al vuelo.
Raramente bajan al suelo, aunque las dos especies citadas lo hacen para obtener barro para construir sus nidos. Estos nidos tienen formas que recuerdan una taza. Normalmente se encuentran formando grupos que en el caso del avión común pueden ser muy numerosos (de más de 200). Las dos golondrinas construyen los nidos en edificaciones humanas, pero el avión común también construye nidos en los riscos, su hábitat original.
La golondrina común, a diferencia del avión común, rehúye los núcleos urbanos y ocupa preferentemente las zonas rurales.
La golondrina común puede criar dos o tres veces por año, con cuatro o cinco huevos blancos cada vez. Los huevos son incubados sólo por la hembra, pero los pollos son atendidos por los dos progenitores.
Antes de emprender su largo viaje hacia África, las golondrinas comunes se agrupan en grandes bandadas que a menudo se pueden ver descansando sobre los cables eléctricos.