Gordolobo cenicero

Verbascum sinuatum

El gordolobo o gordolobo cenicero (Verbascum sinuatum) es una hierba bienal que en su primer año tiene solo una roseta de hojas a ras de suelo, pero que en el segundo pasa a ser una hierba robusta de alrededor de un metro, muy ramificada y con el aspecto característico de los gordolobos (gén. Verbascum).

El gordolobo cenicero es grisáceo por un recubrimiento de pelos estrellados, notable aunque no tan exagerado como el del gordolobo pulverulento (Verbascum pulverulentum).
El gordolobo cenicero posee dos tipos de hojas. Las hojas basales, a las cuales se refiere el adjetivo específico sinuatum y que aparecen en el primer año, son oblongas, largas de unos 20-30 cm, con margen crenado, y sinuosas u onduladas (fotos 5ª y 6ª). En cambio, las hojas caulinares que nacen en el segundo año tienen un contorno ampliamente ovado o triangular, con mucho más cortas, sésiles y con margen casi entero (foto 7ª). Tanto unas como otras son gruesas y mullidas, a menudo manchadas de amarillo.
El tallo se ramifica pronto, convirtiéndose en una gran panícula de flores. Las flores son abundantes, aunque no tan densas como en otras especies de Verbascum, ni se abren todas a la vez. Cada flor posee un pedúnculo cortísimo, un cáliz piloso con 5 sépalos estrechos, una corola amarilla constituida por 5 pétalos amarillos desiguales y soldados per la base, 5 estambres idénticos entre ellos con el filamento poblado de pelos violáceos erizados y un pistilo. El fruto es una cápsula.

El nombre en catalán “trepó ploraner” (= gordolobo llorón) deriva del hecho que si se una de les espigas, después van cayendo las flores paulatinamente, como si se fuesen lágrimas.

El gordolobo cenicero crece en prados secos, en las cunetas y en las grietas de pavimentos o agujeros del asfalto. Su distribución es mediterránea. En la comarca de Bages es una planta frecuente que destaca en verano.

[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª, 6ª y 7ª) y Pere Moraleja (8ª y 9ª)]