La grajilla ( Corvus monedula) es una córvida que de lejos parece negra, pero que vista de cerca se ve más grisàcea, básicamente en la nuca, el pecho y la espalda.
Tiene un característico ojo de color blanco a gris pálido y el tamaño de una paloma urbana. Es de dimensiones parecidas a la chova piquirroja (Phyrrocorax phyrrocorax) y a la chova piquigualda (Phyrrocorax graculus), pero más pequeña que la corneja negra (Corvus corone) y, por supuesto, que el cuervo (Corvus corax).
A menudo cría en pueblos y ciudades, pero también lo hace en zonas de cultivos, peñascales, etc. Su voz es un inconfundible «txac».
Este córvido está en una clara regresión en Cataluña. Entre los años 1980 y 2000 desapareció de la mitad de las zonas dónde existía, y su población disminuyó mucho. A mediados de la década de 1990 desapareció de Manresa, donde había formado colonias en las iglesias de La Seu y de Crist Rei. Se cree que su declive está relacionado con un conjunto de causas variadas, como el control de vertederos, la persecución, la eliminación de agujeros en edificios, la regresión de los barbechos, las dificultades de las colonias pequeñas para subsistir, etc.