El herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus [= Parus cristatus]) es un pajarito que alcanza como máximo 11 cm de longitud desde la punta del pico a la punta de la cola, ágil e inquieto, que salta entre las ramas de las copas de los árboles, preferentemente de pinos.
El herrerillo capuchino tiene el plumaje del dorso y de las alas entre marrón y gris oscuro, y el de la parte ventral de un gris muy claro, ambos tonos de color bastante uniformes. En cambio, destaca su cabeza por ser grande con relación al cuerpo pequeño, por su diseño particular de colores con la cara del mismo gris claro que la parte ventral, un collar negro que sube como un babero hasta el pico y otra banda curvada también negra, casi concéntrica con el collar, que se inicia detrás del ojo y envuelve la mejilla, y por la cresta de plumas negras punteadas de blanco que levanta a voluntad. El iris de los ojos es granate oscuro, el pico negro y las patas tienen matiz azulado. Hay poco dimorfismo sexual, únicamente los machos poseen las alas algo más largas.
El herrerillo capuchino tiene un aspecto especialmente simpático gracias a su plumero, que se añade a su cabeza infantil pintada de blanco y negro y a sus movimientos frenéticos.
El herrerillo capuchino se alimenta de insectos que encuentra en las ramas y, si éstos escasean, come también semillas. Levanta el plumero cuando está excitado y lo plana si está tranquilo. Aprovecha agujeros en los árboles, cajas nido y nidos abandonados de otras aves mayores para instalar su propio nido que acondiciona con musgo, pelos y plumas. Las parejas de herrerillo capuchino suelen realizar dos puestas de 4-6 huevos por año.
Le gustan los bosques con árboles viejos en los que existen agujeros y rincones para nidificar. Es un pájaro sedentario que puede ser observado durante todo el año en la comarca de Bages. Además, en otoño puede integrarse en bandadas de otras especies de herrerillos y carboneros y dispersarse a mayor distancia.
[fotos Jordi Badia]