La hierba callera (Sedum telephium ssp.maximum) es una planta grande y vivaz del mismo género Sedum que las uñas de gato, de las que se separa por sus hojas planas, mientras que las uñas de gato tienen hojas cilíndricas o elipsoidales.
La hierba callera es una hierba perenne que cada temporada renueva los tallos cilíndricos en los que las hojas se disponen por pares opuestos. Las hojas son sésiles, planas, crasas y relucientes, con limbo ovado de unos 6×4 cm y margen crenado. Los tallos y la parte basal del limbo por donde las hojas se insieren al tallo suelen tener un matiz rojizo. Su floración no empieza hasta finales de agosto. Las flores se agrupan en un racimo abundante y vistoso. Cada flor consta de 5 sépalos, 5 pétalos de color blanco verdoso, 10 estambres con anteras a menudo rojizas y 5 carpelos ajustados en un pentágono regular.
La hierba callera es una planta de las rocas y pedregales silíceos y de los márgenes del bosque. Huye de la roca caliza. Por este motivo es una planta muy rara en la comarca de Bages, aunque aparece por lo menos en la parte más alta de la sierra de L’Obac donde el suelo estará descarbonatado, lavado por la lluvia.
Las hojas turgentes de la hierba callera, tras retirarles su fina epidermis, se aplican sobre la piel para ablandar callos y para contribuir a cicatrizar llagas y quemaduras. Por su intrínseca belleza, para aprovisionar el botiquín o por tradición, la hierba callera también se cultiva en jardines de rocalla y en casas de campo, de donde con facilidad puede pasar a vivir espontáneamente. También se cultiva S.telephium ssp.fabaria, de hojas con base cuneada y flores rosadas.
[fotos Jordi Badia]