El matacandil (Sisymbrium irio) es una hierba anual de la familia crucíferas, una de les primeras en aparecer en primavera, que se acerca al medio metro de altura.
Las hojas de la base –en la imagen 2ª- son grandes con un nervio central blanco y ancho y un limbo imparipinnado compuesto por 5-8 pares de lóbulos o folíolos laterales irregulares, agudos y dirigidos hacia atrás más un lóbulo terminal mayor; las hojas caulinares son una réplica de las basales a menor escala y con menos lóbulos. Se ramifica en tallos de unos 2-5 mm de diámetro, verdes, discretamente pilosos, esbeltos y terminados en racimos afilos que crecen a medida que nuevas flores se abren por el ápice. Estas flores son pequeñas, con pétalos amarillo limón de unos 3 mm. Las flores fructifican enseguida en silicuas largas y estrechas de unos 4 cm de longitud por 1 mm de anchura donde tan sólo queda espacio para una hilera de semillas, sostenidas por un pedicelo aún más fino de 1 cm de largo. Las silicuas maduran y se alargan rápidamente manteniéndose erectas y separadas del eje de la inflorescencia por el pedicelo, de manera que las flores quedan siempre sobrepasadas por las largas silicuas situadas por debajo.
El matacandil vive en tierras removidas y nitrogenadas, preferentemente en ambientes urbanos. Es una planta común.
Sus hojas tiernas son comestibles aunque más amargas que las de los berros. Según la tradición, sus infusiones sirven para combatir la tos, la ronquera y el escorbuto.
[fotos Jordi Badia]