La niña celeste (Lysandra bellargus [= Polyommatus bellargus]) es una mariposa de la compleja subfamilia Polyommatinae de la familia licénidos, las mariposas de alas redondeadas conocidas en conjunto como niñas más un adjetivo relativo al color del anverso de sus alas y con el reverso de las alas lleno de ocelos sobre fondo ocre.
La niña celesta muestra un marcado dimorfismo sexual. Los machos poseen el anverso de las alas azul celeste –que motiva la denominación popular que se le ha adjudicado-, mientras que las hembras tienen color marrón con una serie continua de manchas naranja cerca del margen exterior de las alas. Machos y hembras por igual tienen en el reverso de las alas el mismo patrón de ocelos negros dentro de círculos blancos y la serie de manchas naranja.
El ícaro (Polyommatus icarus) muestra un patrón de ocelos en el reverso de las alas idéntico al de la niña celeste, pero la niña celeste se diferencia porqué las fimbrias del margen de las alas son ajedrezadas, con tramos cortos de fimbrias negras intercaladas en el blanco mayoritario, mientras que las fimbrias del ícaro son uniformemente blancas. La morena meridional (Aricia cramera), presente también en la comarca de Bages, tiene menos fimbrias negras que la niña celeste y un par de ocelos de las alas posteriores ligeramente desplazados.
Las orugas de la niña celeste son verdes con dos líneas paralelas discontinuas, longitudinales en el dorso. Se alimentan preferentemente de la hierba de la herradura (Hippocrepis comosa), una hierba papilionácea con legumbres ondulados en una serie de arcos o herraduras que crece en los prados. La oruga establece una relación mutualista con hormigas: secreta una melaza de la cual se alimentan hormigas, las cuales protegen a la oruga, la fuente de alimente, frente a potenciales depredadores.
A menudo las niñas celestes se agrupan en charcos muy someros buscando el agua y sales.
La distribución de la niña celesta es extensa y con rango altitudinal amplio, superpuesta a la de la hierba de la herradura, su planta nutricia.
En la imagen 1ª, de delicada sensibilidad y perfeccionismo insuperable, se aprecia la niña celesta puesta sobre una flor de hierba de San Juan (Hypericum perforatum), aún con las gotitas de rocío de la mañana y con el detalle de las glándulas translúcidas en el limbo de las hojas y los puntitos negros en los márgenes de estas hojas y de los pétalos amarillos.
La imagen 2ª muestra un ejemplar macho, luciendo el dorso de las alas azul celeste.
La imagen 3ª muestra una hmebra, de alas de tono marrón con una serie de manchas naranja en posición submarginal y algunas escatas azules.
[fotos Pere Moraleja (1ª) y Jordi Badia (2ª y 3ª)]