La onoquiles o palomilla de tintes (Alkanna tinctoria) es una mata de la familia boragináceas y de floración primaveral desmesurada que combina un color azul intenso con formas delicadas de geometría precisa. Del cuello engrosado de la raíz nacen tallos que avanzan radialmente, de entrada levantándose poco. Las hojas cercanas a la base tienen un limbo lanceolado de 2-4 cm de longitud y un pecíolo muy corto, aunque las caulinares de los tallos florales son amplexicaules. Estas hojas son gruesas, mullidas y suaves gracias a sus pelos canos. También son pilosos los tallos y los cálices. Las flores se disponen en el extremo de los tallos en una inflorescencia cimosa, en forma de cola de escorpión, en la que las hojas insensiblemente pasan a brácteas. Las flores poseen simetría radiada de número 5. Constan por tanto de un cáliz campaniforme terminado en 5 sépalos agudos y una corola azul o violeta en tubo estrecho que súbitamente se abre en 5 lóbulos o pétalos redondeados. Al madurar, la corola vira a un tono púrpura y posteriormente se desprende entera. En el interior del cáliz hinchado se forman 4 mericarpios.
La corteza de la raíz tiene color rojo violeta, tan intenso que mancha al tocarla. Se debe al colorante alcanina o ancusina, soluble en alcohol y en aceites pero no en agua, que se utiliza para colorear cremas y mantequillas. El nombre de género Alkanna proviene del árabe y el adjetivo específico tinctoria alude, evidentemente, a esta propiedad. El nombre popular catalán de «pota de colom», pata de paloma, indica su raíz roja debajo, como las patas rojas de una paloma. El nombre común español palomilla de tintes reúne las dos características.
La onoquiles es una planta principalmente del litoral que crece en terrenos arenosos tras las dunas de la playas. Penetra también hacia el interior por los valles fluviales aprovechando los arenales de las las zonas inundables. En la comarca de Bages, la onoquiles se encuentra solo en estos arenales de ríos y arroyos, aunque es rara porqué el hábitat propicio es poco extenso e inestable. Unas matas de onoquiles en flor poseen un atractivo irresistible; si crecen en la comarca interior de Bages donde no son habituales, mucho más.
[fotos Jordi Badia]