La orquídea olorosa (Gymnadenia conopsea [= Orchis conopsea]) es atractiva tanto por la belleza como por el perfume de sus flores.
El tallo es esbelto, de unos 30-50 cm, verde con unas pocas hojas largas, estrechas y rígidas que se le encaraman antes que culmine en la inflorescencia. La inflorescencia es cilíndrica, estrecha, de unos 15 cm de altura, con unas 20-60 flores o incluso más, muy densas. Las flores nacen en pedúnculos cortos. Poseen un color rosa uniforme o matizado de blanco solo en la garganta. La morfología de estas flores es muy característica: en la base, por detrás, sobresalen un ovario cilíndrico, relativamente grueso, y un espolón largo y fino que se curva dirigiéndose hacia abajo, la flor se abre entre los pétalos que forman un casco por arriba y el labelo segmentado en tres lóbulos redondeados del mismo tamaño por debajo. Como sus nombres indican, la orquídea olorosa emana un olor delicado y agradable que quisieran capturar los perfumes femeninos más caros. Un manojo de bulbos alargados sigue bajo del tallo, antes de formar las raíces finas.
Gymnadenia conopsea es una hierba de los prados montanos húmedos.
En la comarca de Bages es una planta escasa, aunque se encuentra esporádicamente en los prados de las áreas más altas en los sectores de Moianès, Castellfollit del Boix y Montserrat.
[fotos Jordi Badia (1ª, 2ª y 4ª) y Marta Queralt López (3ª)]