La paloma torcaz (Columba palumbus) es el colúmbido mayor de Europa. Tiene una envergadura de 75 cm y un peso de hasta 500 g. Las palomas torcaces adultas son fáciles de distinguir de otras especies de palomas por las manchas blancas que presentan en los lados del cuello.
En Cataluña la paloma torcaz es una especie sedentaria, pero con poblaciones estivales y invernantes bien diferenciadas, según las áreas. En el Bages es abundante.
Es una especie forestal que nidifica con más densidad en los bosques-isla en medio de cultivos y no rehúye los ambientes urbanos con árboles. Construye un nido de ramillas muy sencillo en los árboles, preferentemente allí donde crecen de forma densa. Se alimenta básicamente de semillas (piñones, bellotas, aceitunillas de aligustre de China (fotos 5ª y 6ª), grano…), pero, en invierno, también come yemas. En verano es fácil ver las palomas torcaces formando grupos, aprovechando los rastrojos de cereales.
Normalmente realiza dos puestas anuales de dos huevos entre abril y agosto, y efectúa fácilmente puestas complementarias cuando pierde la nidada. El macho y la hembra, que externamente son similares, se reparten equitativamente el trabajo a la hora de incubar. La hembra empolla de las 16 a las 8 del día siguiente, y el macho el resto del tiempo.
Su arrullo fuerte y repetitivo se oye por todo el Bages en época de cortejo o de cría (desde enero, cuando empieza a cortejar, hasta agosto). Fuera de este periodo, no arrulla.
[fotos Florenci Vallès (1ª y 2ª), Oriol Oms (3ª) y Jordi Badia (4ª, 5ª y 6ª)]