La palomilla pintada (Fumaria capreolata) es una hierba anual trepadora de la familia papaveráceas que aparece en márgenes de caminos de huertas y en la base de muros, en suelos nitrogenados. Sus tallos flexuosos alcanzan un metro de longitud y medio de altura. Las hojas son 2 ó 3 veces pinnaticompuestas terminando en lóbulos oblongos de aproximadamente 5 mm de ancho, similares a las del perejil (Petroselinum crispum). De la axila de algunas hojas arranca un pedúnculo con un racimo de flores que ocupa por lo menos la mitad superior de su longitud. Las flores poseen simetría bilateral o zigomorfa como los zapatitos de la Virgen (Sarcocapnus enneaphylla), no radiada o actinomorfa como la amapola (Papaver rhoeas), a pesar de que actualmente todas ellas se clasifican en una familia papaveráceas común. La corola está constituida por 4 pétalos alargados y desiguales que mantienen la flor cerrada aunque son libres: uno superior más ancho en forma de bóveda y que forma un espolón en la base, dos laterales más estrechos y un pétalo inferior que sobresale en el extremo. Se suman además 2 sépalos de la misma consistencia que los pétalos, triangulares con margen irregular, mal recortado, dispuestos planos y encarados en los laterales y tan anchos o más que la sección de la corola. Esta corola es blanca o rosa pálido, excepto en su punta donde está manchada de púrpura muy oscuro. El fruto es una cápsula redondeada, pequeña y lisa. Los pedicelos se arquean al tiempo de fructificación.
La palomilla pintada es una planta de primavera.
Otras especies del género Fumaria más comunes en la comarca de Bages son F.officinalis y F.parviflora, ambas menores, no trepadoras y más propias de cultivos.
[fotos Jordi Badia]