El pinillo (Ajuga chamaepitys) es una hierba de la familia labiadas de porte pequeño y ciclo anual, típica de los prados secos.
El limbo de sus hojas sésiles se divide en tres segmentos de 2-3 cm de longitud por 2-3 mm de anchura, en tridente. Estas hojas se disponen por pares opuestos como es característico de las labiadas, aunque en el pinillo de manera más densa, a tramos cortos del tallo. Los tallos, las hojas y los cálices florales poseen pelos blancos largos. Las flores aparecen, una o dos, en la axila de las hojas. Estas flores quedan escondidas entre las hojas debido a la distancia corta entre nudos de hojas y a su pedúnculo floral muy corto. Las flores constan de un cáliz piloso casi simétrico con 5 dientes o sépalos y de una corola tubular abierta en un gran labio inferior formado por tres lóbulos, dos laterales menores y uno central mucho mayor y escotado, aunque sin labio superior. La corola es amarilla con algunas manchas púrpura en el centro del labio inferior. Al fructificar formará 4 pequeñas semillas de forma oval con un relieve de crestas que delimitan celdas poligonales hundidas en su superficie.
El pinillo se encuentra en flor en primavera.
El nombre pinillo se refiere a la similitud a un plantón de pino que le dan sus hojas casi lineales dispuestas a niveles regulares y el color verde intenso. En catalán se conoce esta planta con los nombre de iva artética –iva por ser pariente de Ajuga iva y artètica porqué se había utilizado contra el reuma, la gota y la artritis- y de herba felera –por su gusto amargo, de hiel.
Como tantas otras plantas de la familia labiadas, el pinillo tiene su olor particular.
El uso medicinal tradicional del pinillo, seguramente con poco fundamento, se ha perdido en Cataluña.
[fotos Montserrat Porta y Jordi Badia (1ª y 2ª) y Jordi Badia (3ª)]