Septobasidium orbiculare (= S.michelianum) es un hongo que crece en la corteza de árboles y arbustos y que fácilmente se confunde con un liquen corticícola incrustante. Pertenece al orden de las Septobasidiales que durante mucho tiempo se clasificó en los Fragmobasidiomicetos u hongos gelatinosos, por más que Septobasidium forme una costra coriácea en lugar de un cuerpo fructífero mucilaginosos como los de las Auriculariales y las Tremelales.
Septobasidium protagoniza uno de los casos más intrincados de relación entre especies, que dudamos en describir como simbiosis o como parasitismo; dejémoslo pues como mutualismo.
Septobasidium orbiculare crece especialmente sobre el laurel (Laurus nobilis), aunque se encuentra también en el lentisco (Pistacia lentiscus) y en el olivo (Olea europaea). Forma costras circulares de hasta 10 cm de diámetro, delgadas y aplicadas a la corteza, inicialmente de color pardo rojizo que con el tiempo vira a gris claro. Septobasidium orbiculare no parasita directamente la planta, sino que consigue alimentarse de la planta por la intermediación de la colonia de cochinillas -insectos del suborden Sternorryncha y el orden Hemípteros- que queda atrapada entre el hongo y la corteza. La capa de hifas del hongo deja cavidades en las que se alojan las minúsculas cochinillas. Las cochinillas clavan su largo estilete hasta el floema, el tejido vegetal por el que circula la savia elaborada, de la cual se alimentan. Unas hifas denominadas haustorios infectan a las cochinillas, aunque no a todas, aproximadamente a la mitad de ellas. Las cochinillas infectadas por el hongo retardan el crecimiento y quedan estériles, aunque siguen absorbiendo la savia que pasa después al hongo. Las cochinillas no infectadas por el hongo aseguran la reproducción a nivel de población, aunque no individual, gracias a la protección interesada de Septobasidium. Por su parte, el hongo forma basidios con las correspondientes basidiósporas en su capa externa. En definitiva, un hongo y una colonia de cochinillas se alían para parasitar al laurel u otro árbol.
El género Septobasidium posee muchas especies tropicales, pero muy pocas en las latitudes templadas. Septobasidium orbiculare prefiere lugares cálidos y húmedos, propios de laurisilva.
[foto Jordi Badia]