Siluro

Silurus glanis

El siluro (Silurus glanis) es un pez de agua dulce de la familia de los silúridos y del orden de los siluriformes , al cual también pertenece el pez gato (Ameiurus melas). Tiene el cuerpo alargado y la cabeza ancha y aplanada. No tiene escamas y tiene la piel mucosa. Su boca es grande y terminal, y tiene las maxilas cubiertas de dientes pequeños y delgados, que sirven para retener las presas . Tiene 2 barbillones muy largos que le salen de sobre el maxilar y 4 más cortos bajo el mentón. La línea lateral la tiene bien marcada y completa, y la aleta dorsal la tiene pequeña, con 3-5 radios, mientras que el anal la tiene muy larga, con 84-92 radios. Tiene el dorso de color azul negruzco, pardo o verdoso; los flancos más claros, con jaspeado oscuro, y el vientre blanco sucio , con reflejo rojizo. Presenta poco dimorfismo sexual. Está comprobado que puede llegar a medir 3 m de largo y a pesar 150 kg, pero hay textos de los siglos XVIII y XIX que hablan de ejemplares mucho mayores, de hasta 375 kg de peso. Estas informaciones son bastante creíbles, porque los peces crecen durante toda su vida, y está demostrado que los siluros pueden vivir, como mínimo, 80 años. La edad puede ser determinada por los anillos de crecimiento de las vértebras o de los radios de la aleta pectoral. Es el pez de agua dulce mayor de Europa.

Es un pez bentónico, de actividad principalmente nocturna, que vive en los fondos fangosos de aguas lentas, preferentemente dulces, pero también salobres. Tolera la contaminación y las concentraciones bajas de oxígeno. Es originario del centro y el este de Europa, pero se ha difundido mucho por introducción artificial llevada a cabo principalmente por pescadores deportivos.

Se alimenta de todo tipo de presas y también de carroña. En la fase juvenil come pequeños invertebrados del fondo y de adulto come principalmente peces , pero también otros animales, como patos, roedores, ranas, cangrejos…, a los que atrapa por succión con su gran boca. Como es de esperar en un pez de aguas turbias activo en la oscuridad, no detecta a las presas mediante la vista, sino que lo hace sobre todo mediante otros sentidos. Es capaz de detectar el movimiento de un cangrejo a 10 metros. Tiene electrorreceptores en los barbillones -que también tienen función táctil-, en la mandíbula y en la línea lateral -un órgano sensible a las vibraciones-, y quimiorreceptores (sentido del gusto) en las barbas sensoriales, en la boca y en otras partes del cuerpo. Además, tiene buen olfato y un fino oído que le permite detectar muy bien los sonidos producidos fuera del agua. Los pescadores del Danubio lo atraen dando golpes en la superficie del agua y también es atraído por las ondas sonoras de baja frecuencia. En invierno permanece poco activo, escondido en el fondo, y no se alimenta.

Freza de mayo a julio. El macho cava el nido a poca profundidad, en zonas con mucha vegetación, y la hembra pone miles de huevos de unos 3 mm de diámetro, que son rápidamente fecundados por su consorte. Pone de 20000 a 25000 por cada kilo que pesa. Al cabo de 3 a 10 días de incubación, durante los cuales el nido es vigilado por el macho, de los huevos salen pequeñas larvas con aspecto de renacuajo. Estos pececillos crecen rápidamente, sobre todo si las temperaturas son altas y disponen de bastante alimento. Pueden llegar a medir 35 cm de largo al cabo de un año y unos 50 cm a los dos años, y llegan a la madurez sexual cuando pesan de 1 a 2 kg, cosa que consiguen normalmente con tres o cuatro años (nueve en los climas más fríos). Un siluro de unos 25 años pesa unos 65 kg.

Fue introducido en el embalse de Mequinenza (Zaragoza) el año 1974 y actualmente está presente en la mayor parte de la cuenca del Ebro, en el Llobregat , el Ter , el Tajo… Los grandes embalses del Ebro atraen pescadores de siluros de toda Europa que aporta dinero al negocio turístico de los pueblos ribereños. Pescadores de Sant Joan de Vilatorrada (Bages) capturaron en el año 2008 dos grandes siluros en el canal industrial, cuando se estaba haciendo un vaciado por tramos para limpiarlo. Uno de los ejemplares era de 1,85 m de longitud y 45 kg de peso, y el otro medía 1,70 m y pesaba unos 70 kg. También se han pescado siluros en el estanque de L’Agulla (Manresa).

El siluro ha sido acusado sin mucha argumentación de diezmar las poblaciones de peces autóctonos. Eso probablemente sería cierto si éstos fueran mayoría; sin embargo, en los ríos del Bages y en muchos otros, como hay muchos más peces alóctonos (carpas, alburnos…) que peces autóctonos, el efecto negativo del siluro sobre las poblaciones de éstos últimos nos parece difícil de demostrar.

[foto Florenci Vallès]