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El trébol blanco o rastrero (Trifolium repens) es un trébol muy común en prados algo húmedos y en céspedes de parques.
Se distingue de otras especies de trébol como el trébol común (T.pratense) porqué el trébol blanco posee estolones que le permiten extenderse y ocupar superficies del prado, por ser casi lampiño y por sus largos pecíolos y pedúnculos de los glomérulos florales, de unos 10-20 cm. Las flores son blancas o teñidas de rosa, perfumadas, agrupadas en un glomérulo esférico y denso. Cada flor tiene su pedúnculo de unos milímetros. A medida que las flores de la parte de abajo del glomérulo se marchitan, sus pedúnculos pierden turgencia, de manera que a su vez el conjunto del glomérulo, con las flores de arriba frescas y las de abajo marchitas, pierde su anterior forma esférica. Los folíolos miden 2 cm de ancho, tienen el margen finamente serrado y destaca en su anverso una gran mancha blanca, en forma vagamente de V.
El trébol blanco es una buena planta forrajera.
[fotos Jordi Badia (1ª) y Marta Queralt López Salvans (2ª)]